Acatlán de Osorio, Pue., 05 de agosto de 2024.TecNM/DCD. Investigadores de la carrera de Ingeniería en Industrias Alimentarias del TecNM Acatlán de Osorio trabajan en una investigación para el aprovechamiento de los tallos de pitahaya y su proceso de cristalización para elaborar acitrón, sustituyendo el uso de la biznaga, una cactácea endémica mexicana en peligro de extinción.
Este proyecto, dirigido por el investigador y docente Carlos Eddy Martínez Fuentes, busca la caracterización fisicoquímica, microbiológica y sensorial del acitrón elaborado con tallos de pitahaya, los cuales, actualmente, son considerados desperdicio.
Cabe destacar que esta investigación fue seleccionada dentro de la convocatoria del Tecnológico Nacional de México: “Proyectos de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación 2024” que tiene la finalidad de apoyar e impulsar el trabajo científico a nivel nacional.
Otra de las colaboradoras del proyecto y docente de esta casa de estudios, Gabriela Lara Ruiz explicó que la región mixteca de Puebla, es una zona con potencial para la producción de pitahaya, no obstante, posterior a la cosecha de la fruta, las y los productores podan las plantas desechando los tallos de la cactácea.
En este sentido, la investigación mencionada tiene la intención de aprovechar esta materia para su cristalización y ofrecerla como una alternativa de acitrón, ingrediente demandado en la gastronomía mexicana, especialmente en la elaboración de la rosca de reyes.
Y es que en 2021, las biznagas entraron bajo la protección de la norma NOM-059-SEMARNAT-2010, la cual restringe el consumo y extracción de ciertas especies de flora y fauna mexicana debido a su alto riesgo de desaparición.
Las biznagas cumplen con una función fundamental en los ecosistemas desérticos de México, ya que retienen y filtran el agua que cae durante los periodos de precipitación. Además, con el néctar de sus flores, mantienen estable a la población de abejas y otros insectos polinizadores. Asimismo, contribuyen a detener la erosión de los suelos.
Es preciso señalar que a un ejemplar de esta cactácea le toma al menos 30 años llegar a al tamaño necesario para su cosecha y posterior transformación en dulce de acitrón, por lo que dicho esquema productivo no resulta sostenible.
Ante esta situación, la carrera de Ingeniería en Industrias Alimentarias lleva a cabo la investigación para contribuir con una alternativa para el aprovechamiento sustentable de los recursos de la región y la protección del hábitat de nuestro país.
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